jueves, junio 23, 2011

O encuentras la Razón o encuentras la Excusa.

¿Por qué unas veces encontramos la Razón y otras veces encontramos la Excusa?

Cuando queremos realizar algo encontramos una avalancha de razones que nos impulsan y motivan para conseguir ese objetivo. Encontramos un porque, un para qué, un cómo, un cuando, un dónde, un con quién o para quién. Cuando todo eso está claro, de repente en una milésima de segundo sabemos la Razón de nuestra acción. La Razón de ser de ese objetivo, de esa meta, de esa decisión etc.

En ese momento ponemos fecha a nuestra acción, lo más cerca posible del ahora, lo ideal es cuando decimos: ya, ahora mismo, y lo hacemos. Es un momento donde la adrenalina nos recorre todo el cuerpo y somos capaces de comernos el mundo.

Quien lo ha experimentado sabe de lo que hablo.

Sin embargo hay otros momentos en los que a esa décima de segundo le sigue un periodo indeterminado de tiempo en el que esa Razón se debilita, se difumina, se desvanece poco a poco para ser sustituida por dudas, miedos, creencias, hasta encontrar la Excusa. Aquella que hace que nada tenga sentido, que el esfuerzo sea mayor que la recompensa, que nuestra comodidad supere a nuestra incertidumbre, que nuestra mente justifique lo injustificable y que termine por dejarnos inmóviles, quietos, parados…..

Quien lo ha experimentado sabe de lo que hablo.

En ello estamos y seguimos avanzando.