domingo, abril 29, 2012

Solo se puede ser allí donde se quiere estar.


 

Allí donde se quiere estar es el único sitio donde se puede ser. Solo hay un lugar donde se puede ser y estar al mismo tiempo. Un lugar donde todo nuestro potencial se transforma en talento. Un lugar donde somos capaces de ser al mismo tiempo tan eficaces como eficientes. Un lugar soñado convertido en realidad.
Para ello recorreremos un camino, unas veces sencillo y otras veces no tanto, unas veces estrecho y otras veces más amplio, unas veces en compañía y otras veces en solitario…Iremos conformando nuestra historia personal, la cual deberemos aceptar, para ir avanzando en pro de nuestros objetivos.
Ese camino, esa historia es nuestra vida, por ello si no le ponemos toda nuestra esencia aquí y ahora nos faltará lo mejor de nosotros mismos y pasaremos nuestros días superficialmente, viviendo la vida de otros, no la nuestra.
Te invito a que seas el protagonista, a que encuentres el lugar donde ser y estar y puede que en el camino también encuentres esa plenitud.

domingo, marzo 25, 2012

Si quieres, el tiempo no importa.

Cuando queremos realizar alguna actividad, conseguir algún objetivo o alcanzar una meta, el tiempo no importa. En esa situación la variable del tiempo pasa a un lugar secundario e incluso si trabajamos inteligentemente en la consecución de lo buscado, el tiempo puede ser un extraordinario aliado.

Sin embargo en la mayoría de las ocasiones que nos desafían a realizar un esfuerzo, incorporar un nuevo hábito o simplemente comprometernos con algo o alguien solemos escuchar con mucha frecuencia: No tengo tiempo, a mí no me sobra el tiempo o ¿de dónde sacas el tiempo?. Excusatio non petita, accusatio manifesta.

La excusa del tiempo se convierte en un muro infranqueable, en una mentira que nos hace sentirnos conformes con nuestra falta de acción o compromiso. En esos momentos preferimos engañarnos aludiendo a la falta de tiempo cuando en realidad no queremos realizar la actividad, conseguir el objetivo o alcanzar la meta pero no tenemos la suficiente valentía, decisión o fortaleza para reconocerlo.

Es aquí cuando haciendo un ejercicio de toma de conciencia podemos reconocer lo que no queremos  frente al que no tenemos tiempo. Os aseguro que liberador hacer este ejercicio.

Este es el truco que utilizan, si se puede llamar de esta manera, los que parece que sus días tienen más de 24 horas.


Y Tú, ¿para qué tienes o no tienes tiempo?

lunes, febrero 20, 2012

Remando al viento.

En las  últimas semanas he tenido la inmensa fortuna de interiorizar aprendizajes a través de coincidir con personas de gran valía.

Quiero comentaros dos momentos que me han ayudado como persona y que deseo que a vosotros también os puedan ser útiles:

El primero de ellos lo escuché de una chica de unos 15 años de edad que había superado un cáncer. Leía un manifiesto sobre los niños y adolescentes con esta enfermedad y de cómo afrontan semejante desafío. Utilizó en su discurso la metáfora de navegar en un barco. En esos momentos recordé dos dichos que utilizo a menudo:

El barco está más seguro cuando está en el puerto; pero no fue para esto para lo que los barcos fueron construidos” de Paulo Coelho y el otro es un proverbio Holandés: “No podemos luchar contra el viento pero podemos construir molinos”, Y en  ese momento esta chica dijo terminando su discurso con una determinación admirable: “Y si no hay viento, remamos”. Puedo aseguraros de la fuerza interior y el poder de convencimiento que transmitían sus palabras.

El segundo momento fue recorrer los dispositivos que cuenta la ciudad de Madrid para atender a las personas sin hogar durante los meses más fríos del año. Realmente no es fácil describir lo que se te pasa por la cabeza cuando ves en primera persona una realidad tan dura. Podría resumirla en que quejarme de mis problemas es un ejercicio de estupidez y de pérdida de tiempo sin ningún tipo de rentabilidad salvo alimentar un ego todavía demasiado fuerte. Durante esta visita nocturna me impresionó el buen ambiente, el humor, y la felicidad que los trabajadores de este dispositivo reflejaban en sus caras y con su trabajo. Transmitían entusiasmo, compañerismo, complicidad, profesionalidad y un gran cariño hacía  las personas que atendían. Realmente inspirador.

Reflexionando sobre estas experiencias quiero transmitiros algo que aunque sabido, es bueno recordar. Recogemos lo que sembramos y se nos devuelve lo que antes hemos dado. Sé que para algunos esto puede ser injusto, pero si no hay viento nos queda remar…. ¿Te unes?.

viernes, enero 06, 2012

Cuando aferrarse a lo más seguro no es la mejor opción.

En este vídeo podemos ver como un grupo de personas suben por unas escaleras mecánicas por primera vez en su vida.
Es un vídeo de sonrisa fácil, os animo a verlo antes de seguir con la entrada…

Imagino que habréis sonreído, incluso alguno habréis soltado una carcajada. Sin embargo pensar en estas personas de Uzbekistán, en sus condiciones de vida en el día a día y en su perplejidad al ver como se les mueve el suelo bajo sus pies.
Sin ánimo de juzgar, si me gustaría comentaros varios aspectos que me parecen interesantes al observar la reacción de estas personas.
En la primera parte se aprecia a un niño con una mujer mayor. El niño actúa con normalidad, sin embargo la mujer se aferra al pasamano con tal fuerza que le hace caer, y el propio niño es capaz de subir de espaldas las escaleras mientras trata de ayudar a la mujer. Es un gran ejemplo de algo tan sabido y tantas veces tan menospreciado: los niños son grandes aprendices y por lo tanto son grandes maestros para los adultos.
En la segunda parte aparecen tres mujeres. Una de ellas sube sin dificultades aparentes, las otras dos se aferran nuevamente a los pasamanos y se agarran entre ellas esperando que el desafío se resuelva sólo. Curiosamente aparece un joven empleado del centro comercial que para el mecanismo de las escaleras y hace que estas dos mujeres puedan incorporarse y subir las escaleras. ¿Habrán aprendido como subir?, ¿Qué ocurrirá la próxima vez?.... Por cierto fijaros en la postura del empleado, no tiene desperdicio.
En la tercera parte del vídeo entran en escena dos hombres que comienzan la subida con normalidad hasta que el primero de ellos se aferra a la barandilla como si le fuera la vida en ello, sin ser consciente de que cuanto más se agarraba más se caía y en esa caída arrastraba al segundo hombre.
Es aquí cuando aferrarse a lo seguro no es la mejor opción, cuando el miedo al cambio, a lo desconocido, a lo distinto, nos paraliza.
En este nuevo año que comienza, nuestro suelo se mueve constantemente en todas direcciones. Quizá si fuéramos capaces de no aferrarnos tanto a lo seguro nos podríamos dar cuenta  de que el suelo no se mueve tanto. Pero, ¿Quién sabe?.....Voy a probarlo.